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Universidad Panamericana celebra su tradicional Ceremonia de Apertura de Cursos 2025

14 de agosto de 2025.- Con el fin de señalar el fin de un curso lectivo y anunciar el inicio del que comienza, la Universidad Panamericana celebró en sus tres campus (Ciudad de México, Guadalajara y Aguascalientes), su ya tradicional Ceremonia de Apertura de Cursos, una práctica inspirada en una tradición universitaria europea de más de 700 años.

La celebración contó con la presencia de todo el claustro académico, alumnos y colaboradores y, de manera especial, en las tres ceremonias estuvo la Dra. Fernanda Llergo Bay, Rectora General del Sistema UP-IPADE.

Asimismo, en cada  campus estuvieron los rectores correspondientes: el Dr. Santiago García Álvarez, en campus Ciudad de México; el Dr. Abraham Mendoza Andrade, en campus Guadalajara; y el Mtro. Antonio de los Reyes Moreno, en campus Aguascalientes.

Universidad e identidad: el reto de ser y trascender

En su discurso, la Dra. Llergo reflexionó sobre  la crisis de identidad que enfrentan las universidades en la era moderna, donde la presión por adaptarse a cambios tecnológicos y demandas utilitaristas (como la empleabilidad) amenaza su esencia histórica: ser un espacio de búsqueda desinteresada de la verdad, diálogo comunitario y formación integral. 

Indicó que, aunque la innovación es necesaria, no debe sacrificar los pilares fundacionales de la universidad, como su carácter reflexivo, su tradición intelectual y su rol transformador en las personas. 

“La verdadera innovación no contradice la tradición, sino que la renueva desde su núcleo. (…) La Universidad debe ser el lugar donde se enseña a pensar, no solo a repetir. Esto implica rechazar tanto el dogmatismo como el relativismo, afirmó la Rectora General.

Finalmente concluyó: “No se trata de elegir entre tradición o innovación, sino de armonizarlas. La Universidad florece cuando sus raíces son profundas y sus ramas se abren al cielo del futuro. Solo así, la universidad podrá seguir siendo un lugar donde el conocimiento se construye en comunidad, donde la verdad se busca sin condiciones, y donde formar personas sigue siendo la tarea más noble”.

Fecundidad en la educación

En campus Ciudad de México, el Dr. Santiago García abordó en su discurso el desafío de las universidades para formar no solo profesionales competentes, sino personas íntegras y comprometidas, destacando que la educación trasciende métricas utilitarias

También se centró en la fecundidad: crear entornos donde los estudiantes florezcan humana y éticamente, a pesar de la incertidumbre y libertad individual que implica este proceso.

“Los profesores universitarios, más aún en tiempos de inteligencia artificial y acceso fácil al conocimiento, deberíamos especializarnos en el arte de hacer florecer a las personas, respetando sus tiempos y con paciencia ante la realidad de que aquello puede crecer rápido o lento”, señaló el rector de campus Ciudad de México.

Formar personas íntegras

En campus Guadalajara el Dr. Abraham Mendoza destacó el papel fundamental de la universidad en la formación integral de personas, especialmente en una era dominada por la inteligencia artificial y la tecnología. 

Reafirmó también la vigencia de las cuatro virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza) como guías éticas para navegar los desafíos contemporáneos, equilibrando el uso de herramientas tecnológicas con valores humanos como la libertad, la responsabilidad y el servicio a la comunidad.

“En la Universidad Panamericana no formamos máquinas, formamos personas. Y lo hacemos cultivando las virtudes, fomentando la reflexión, valorando la palabra, la escucha y el encuentro”, destacó el Dr. Mendoza. 

Encuentro entre generaciones, ideas y experiencias

En campus Aguascalientes, el Mtro. Antonio de los Reyes, motivó a los estudiantes a vivir la universidad como un viaje de transformación integral, guiado por el lema institucional “Ubi spiritus, libertas (“Donde está el espíritu, hay libertad”). 

Asimismo, recordó a los estudiantes que “renovarse no significa perder la identidad, sino adaptarse sin traicionarse”, un equilibrio que exige “más que habilidades técnicas: convicción, carácter y corazón”.

Igualmente, los instó a vivir la etapa universitaria con entrega: “Aquí no vinieron solo a pasar materias, vinieron a formarse como personas completas, con cabeza, manos y corazón”. Así, cerró su discurso cerró con un llamado a construir comunidad: “Una universidad es un encuentro entre generaciones, ideas y experiencias”.

Cabeza, corazón y manos: un viaje de transformación personal

La master class inaugural corrió a cargo de Álvaro González Alorda, socio director de Emêrgap, quien compartió una reflexión sobre transformación personal y organizacional, basada en su experiencia como consultor y autor, misma que se haya en el libro de su autoría Cabeza, corazón y manos: un viaje de transformación personal

Criticó la superficialidad de muchos procesos de cambio empresarial, señalando: “Hay tres tipos de empresa: las que solo tienen un discurso de transformación, las que tienen un modelo técnico de cambio y las que integran innovación con desarrollo humano”. 

Para él, la auténtica transformación comienza con los líderes: “No me refiero a cambios cosméticos, sino al desarrollo de competencias, a la creación de buenos hábitos y a la construcción del carácter”.

Destacó la importancia del autodesarrollo como responsabilidad individual: “Cada persona es protagonista de su desarrollo. No es una responsabilidad delegable”, y enfatizó el rol del mentor como guía para “acompañar a identificar retos de desarrollo y aterrizarlos con disciplina”. 

Del mismo modo, cuestionó la obsesión corporativa por fórmulas complejas y advirtió sobre los peligros de una dieta intelectual pobre: Tu nivel de liderazgo depende directamente de tu vitalidad intelectual (…) hoy corremos el riesgo de que esté diseñada por algoritmos de Netflix”.

Sobre el proceso transformador declaró: “La transformación duele. Al igual que duele ponerse a dieta”. También remarcó que un buen mentor no busca agradar, sino retar, generando una mezcla de incomodidad y esperanza.

 Finalmente concluyó con una visión humanista, recordando que “las personas se transforman a través del ejercicio diario de su voluntad”, no con certificados o charlas motivacionales.