La historia de la Universidad Panamericana no puede comprenderse sin mirar a su origen más profundo: la inspiración en el mensaje de San Josemaría Escrivá de Balaguer. Su concepción de la vida cotidiana como camino hacia la plenitud humana y espiritual dio las bases para una visión educativa que hoy sigue viva en cada aula, en cada proyecto, en cada alumno.
Profesionales íntegros con compromiso social
El sueño de fundar la Universidad Panamericana surgió en un México que necesitaba instituciones sólidas, capaces de formar profesionales íntegros y líderes con un profundo compromiso social. Desde sus primeros pasos, la Universidad se concibió no sólo como un espacio de transmisión de conocimientos, sino como un proyecto de vida en el que la verdad, la libertad y la responsabilidad personal fueran pilares de la formación.
En este trayecto, la figura de Carlos Llano ha sido clave. Sus reflexiones sobre la empresa, la educación y la juventud siguen resonando en nuestra comunidad académica. Llano entendía la universidad como un lugar donde el rigor intelectual debía ir acompañado de una profunda mirada humana. “Educar es mucho más que enseñar”, solía afirmar, y ese principio guía hasta hoy nuestra tarea.
Empresa y familia
La empresa, la familia y la sociedad no se conciben de manera aislada en el modelo de la Universidad Panamericana. Son dimensiones que se entrelazan y que forman parte de la misión de la universidad: aportar hombres y mujeres que sepan integrar el conocimiento con la ética, la competencia profesional con la solidaridad, y el éxito personal con el compromiso por el bien común.
Más de cinco décadas después, la Universidad Panamericana es testimonio vivo de esa visión inicial. Miles de egresados (profesionistas, líderes, investigadores, emprendedores) llevan consigo no solo una preparación académica de excelencia, sino también la huella de una formación cimentada en valores. Y en esa huella late la concepción de San Josemaría: la idea de que cada trabajo, cada esfuerzo y cada logro puede ser una forma de servir y transformar el mundo.
Hoy, en un entorno global y cambiante, la Universidad Panamericana continúa fiel a ese espíritu. Innovamos, crecemos y nos proyectamos hacia el futuro con la certeza de que nuestra mayor fuerza está en la comunidad que formamos: alumnos, profesores, familias y alumni que, desde su trinchera, hacen presente la esencia de nuestro origen.
Un legado vigente en un mundo cambiante
La Universidad Panamericana no nació como un proyecto más, sino como una vocación. Y esa vocación (alimentada por la filosofía de San Josemaría y enriquecida por las enseñanzas de Carlos Llano) sigue marcando el rumbo: formar personas capaces de cambiar el mundo a través de su profesión, su familia y su vida diaria. Ese es el modelo que nos distingue, y ese es el legado que nos compromete a mirar siempre hacia adelante, sin olvidar de dónde venimos.
Datos de la autora:
Dra. Claudia Romero
Profesora Investigadora, Escuela de Comunicación.
