Zapopan, Jalisco; 21 de octubre.- El 20 de octubre, el trabajo en línea, los servicios digitales e incluso el entretenimiento global sufrieron un colapso temporal debido a una falla en los servidores de Amazon Web Services (AWS), uno de los más importantes proveedores de servicios de conexión remotos, conocidos de manera coloquial como “la nube”.
Esta caída evidenció la vulnerabilidad digital de millones de usuarios y empresas que dependen del almacenamiento remoto. Para analizar el impacto y ofrecer estrategias de prevención, el Dr. Jafet Rodríguez, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Panamericana campus Guadalajara, explicó las implicaciones de este suceso y compartió recomendaciones para proteger y respaldar la información crítica.
La dependencia global de la nube
Para el Dr. Jafet Rodríguez, el punto de partida es la manera en la que en los últimos años se ha realizado una migración al mundo digital para resguardar la información que día a día se genera.
“Estamos ya en una época en la cual nos hemos movido a la famosa ‘nube’. Eso que sonaba por ahí de 2010 y que no todo el mundo sabía qué era y decíamos que era una laptop conectada a Internet”, explicó el Dr. Jafet Rodríguez.

“Hoy en día son servidores gigantes, principalmente hay tres compañías que dan el servicio que son Amazon, Microsoft y Google. Amazon es el más grande de todos y el 20 de octubre justamente vimos qué nivel de impacto tiene”.
Una caída mundial
La caída global de AWS afectó a plataformas como Alexa, Fortnite, Roblox, MercadoLibre, Facebook, Reddit y Waze, además de servicios educativos como Blackboard, que tardaron horas en restablecerse.
Según un informe preliminar, el origen de la falla fue un error en el sistema DNS, encargado de traducir direcciones IP a nombres de dominio.
“Un primer informe indica que fue un error muy común de nuestra área que se llama DNS. En teoría ese fue el que falló. Entonces todos los servicios intentaban llegar y conectarse a la nube o al ‘warehouse’ donde están todos los datos y no recibían respuesta y por eso callaron”, explicó el decano de la Facultad de Ingeniería.
También agregó: “Estamos en una situación complicada porque la realidad es que ya toda la infraestructura que tenemos, incluso las universidades, como bien vimos, nos hemos mudado de tener nuestros propios servidores locales dentro del campus a utilizar este tipo de servicios que en teoría son servicios 24/7, que si se cae un servicio, inmediatamente se levanta otro y no de debería de haber afectaciones”.

Impacto en universidades y empresas
En el terreno educativo esta caída del 20 de octubre demostró lo contrario, con servicios como Blackboard tardando horas en restablecerse.
“En esta ocasión, tuvimos la caída desde la madrugada y en el transcurso del día se nos informó que ya en teoría está funcionando Blackboard”, declaró, dando a entender que la promesa de una disponibilidad constante se vio comprometida, dejando a estudiantes y profesores en una situación en la que no se podía acceder a los contenidos de sus clases y materias.
Respaldo físico: clave para la continuidad digital
Ante estos riesgos, el Dr. Rodríguez subrayó la importancia de mantener copias locales y organizar la información con métodos híbridos. Entre las principales sugerencias destacan:
- Tener respaldos físicos en discos duros o servidores propios.
- Realizar respaldos incrementales con frecuencia programada.
- Eliminar archivos duplicados para optimizar espacio y evitar confusión.
- Cifrar la información sensible y protegerla con contraseñas seguras.
- Activar funciones de privacidad o eliminación automática en apps y mensajería.
- Diversificar los servicios en la nube, evitando concentrar todo en un solo proveedor.
- Invertir tiempo mensual en la gestión y depuración de datos.
- Crear claves mnemotécnicas que faciliten recordar ubicaciones de archivos.
- Aceptar la paciencia del mundo analógico, especialmente ante fallas tecnológicas.
“Cada que conecto mi laptop, sincronizo automáticamente con un disco duro. Así puedo seguir trabajando sin depender de la nube”, explicó el académico.
Tener copias de seguridad físicas no solo garantiza la disponibilidad de la información, sino también la propiedad total de los datos, evitando pérdidas por errores o cambios en las políticas de los proveedores.

Aconsejó invertir tiempo, “una vez al mes, sentarnos un par de horas y revisar realmente qué fotografías todavía vamos a usar”. También sugirió “activar el modo disappearing, el modo vanish en el cual los mensajes después de cierto tiempo desaparecen”.
Destacó también que se debe incrementar la ciberseguridad en los respaldos, es decir, cifrar la información, o protegerla por medio de contraseñas para acceder a los datos en caso de robo, un detalle crucial para la protección de la información sensible.
Cómo prepararse para futuras caídas
El Dr. Rodríguez señaló que comprender cómo funcionan las tecnologías permite responder con mayor resiliencia. Recomendó recuperar prácticas analógicas, como pedir apoyo a personas con habilidades específicas o usar claves mnemotécnicas para recordar la ubicación de la información.
“Si necesitamos hacerlo de forma analógica, tomará más tiempo, y debemos tener esa paciencia”, concluyó.
Asimismo, advirtió no depender de un solo sistema y mantener opciones de respaldo en plataformas alternas como Apple Maps, Google Maps o Telegram, para minimizar el impacto de una posible desconexión.




